CENICIENTA EN OTOÑO

Este blog servirá de memoria del Curso de Humanidades organizado por la Universidad Autónoma de Madrid

Los cuentos de hadas forman parte de la tradición cultural de nuestro entorno, son leídos a los niños y por los niños desde muy pronto, versionados de mil maneras, nos acompañan toda la vida. Siendo esta una facultad de educación dedicar un curso de humanidades a trabajar monográficamente sobre un cuento como la Cenicienta, uno de los más divulgados y reinterpretados, es una ocasión para disfrutar de la magia de los cuentos de hadas y afinar nuestro sentido crítico a la vez que nos adentramos en charlas, debates y talleres absolutamente interdisciplinares que proponen ópticas muy agudas y diversas que harán que desentrañemos y encontremos nuevos significados a una historia tan divulgada. También es una ocasión para convivir y compartir las comidas meriendas y cafetitos picnic cenicientos, es tan importante la alimentación y la socialización tan unida a la comida, que en este grupo de cenicientas y cenicientos se hará alma común, en la comunión colectiva. (Todos vamos a ir vestidos de cenicientas y cenicientos, con un zapato colgando y haremos tribu cenicientil)

Cómo conseguir los créditos

Para conseguir los dos créditos de libre configuración o bien el crédito ECTS tenéis que abrir un blog desde la página http://www.blogger.com/ en este blog pondréis vuestro nombre y apellidos, una fotografía y una dirección de email.
En el blog realizaréis una memoria de lo vivido en el curso de la Cenicienta en otoño, tanto en imágenes como en palabras. Podéis incluir fotos, vídeos, dibujos...
Necesariamente una fotografía con vuestro vestido ceniciento.
VUESTROS BLOGS LOS LINKARÉ A ESTE GENERAL PARA QUE TODOS PODAMOS COMPARTIR LA EXPERIENCIA.
La dirección de vuestro blog (dirección http) me la enviaréis a bandeirapilar@gmail.com

Las ponentes y organizadoras cenicientas

Los participantes van llegando al curso

Comiditas cenicientas

Momentos Cenicientos

domingo, 15 de noviembre de 2009

Las cenizas de Cenicienta, por Mercedes Replínger

Cenicienta no es un cuento, como algunas lecturas feministas subrayan precipitadamente, sobre la condición tradicional de la mujer como ser pasivo que espera la salvación de un príncipe azul en la sociedad occidental, la transmisora de valores caducos que algunas artistas como Cindy Sherman, Dina Goldstein o Elena Dorfman, se sienten en la necesidad de destacar y ridiculizar en ciclos fotográficos donde el cuento de hadas se transforma, trivializándose, en un cuento folklórico con moraleja; un ejercicio redundante cuya eficacia se pierde en la ironía y la sátira. Este enfoque tan plano por pedagógico del cuento de Cenicienta se resuelve en los estudios de etnología y antropología, análisis morfológicos a lo Propp que la convierten en un arquetipo, entre otras cosas, de la batalla cósmica entre el cielo y la tierra o el bien y el mal. En este sentido algunas artistas como Miwa Yanagi, Nathalie Rebholz con mejor olfato potencian el componente siniestro, la crueldad que subyace bajo las apariencias sentimentales del relato maravilloso.
Sin embargo, este trabajo decide centrarse en aquello que el siglo XIX aporta a la iconografía del relato, el componente kitsch, y que género puede reivindicar con toda legitimidad su herencia, la publicidad de modas. Si Vladimir Propp en su trabajo pionero e imprescindible sobre el cuento maravilloso subraya que el relato arrastra en su evolución valores y mitos de cada época que lo atraviesa, considero interesante reflexionar sobre la iconografía del cuento de cenicienta que se plasma en la publicidad, auténtico territorio de reactualización en la modernidad del relato maravilloso de Cenicienta como encontramos, por ejemplo, en los trabajos fotográficos de Annie Leibovitz o Eugenio Recuenco donde se recurre voluntariamente a la huída del presente, un mundo paralelo y atemporal de fascinación que no carece, sin embargo, de su lado oscuro. Como señala Celeste Olalquiaga, el kitsch es perderse en una imagen, deslizándose por ella como por uno de los espejos mágicos de Alicia, cruzando el umbral de una dimensión paralela, un mundo de sombras. Cenicienta envuelta en el gris sucio de los fogones, iluminada por el calor del hogar está sepultada por ese polvo al que quedan reducidas todas las cosas; ruina en gris que, posteriormente, se transforma en cristal luminoso, metáfora de una nostalgia que, en la actualidad, recorre el camino contrario, del cristal al polvo, a las cenizas, donde se cruzan los sueños desvanecidos, las fantasías abandonadas.

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